VIII Congreso Latinoamericano de Ciencia y Religión

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En noviembre de 2001, dos meses después del ataque contra las Torres Gemelas,  Beatriz Gurevich se reunió con el laureado premio  Nobel de la Paz Elie Wiesel en la Foundation for the Humanity en  Nueva York. Durante la conversación, el tema del horror instalado en ambos casos por grupos terroristas islamistas concentró la atención. En el caso de Nueva York (9/11) las frescas heridas  permanecían sangrantes. En el caso de AMIA al dolor de la matanza masiva y de la destrucción del edificio emblemático de la judeidad argentina se sumaba el peso de la impunidad ante el fracaso de la investigación judicial alentada por la corrupción moral.

De esa conversación surgió la idea de crear en la Argentina un Instituto que bregue por la paz y trabaje en pos de un encuentro dialógico que amplíe la comprensión de la riqueza que comporta la diversidad étnica, religiosa y cultural, respetando las respectivas identidades, así como la de los grupos vulnerables.

Al regresar a Buenos Aires, en diciembre de 2001, Gurevich se acercó al entonces  presidente de la AMIA, el Dr. Hugo Ostrower, le transmitió el proyecto y  preguntó acerca de radicar el Instituto en AMIA por el valor simbólico que comporta ser una centenaria organización argentina y judía y haber sido el foco de la destrucción, sumado al hecho de que se había violado la soberanía Argentina por segunda vez, la primera fue cuando atacaron la Embajada de Israel en 2012. La idea fue aceptada por la Comisión Directiva de AMIA. Gran admirador de Wiesel, Ostrower propuso que el Instituto llevara su nombre. Y, comunicación telefónica mediante, así fue.

El Instituto Elie Wiesel trabajaría a favor de la promoción de la dignidad humana y el respeto por la diversidad cultural, étnica y religiosa a partir del conocimiento de los valores comunes y, también de las diferencias en entre cosmovisiones.  Inspirados en las ideas de Elie Wiesel y Rennee Casin, autor del texto que sirvió de base a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y continuando la línea del Manifiesto de 1955 firmado por Bertrand Russel y Albert Einstein.

Conformado el Comité Académico internacional, el 21 de marzo de 2001 comenzó el programa de actividades con una teleconferencia transmitida desde ORT Argentina en la que participaron el Prof. Elie Wiesel desde Boston (EEUU) y Carlos Escudé y Bernardo Kliksberg desde la Argentina, siendo Beatriz Gurevich la coordinadora y comentarista.

A su vez se llevaron a cabo actividades de cooperación internacional como la exitosa gestión ante la Embajada de España en la Argentina, con el propósito de preservar al antiguo “Call” judío de Barcelona, que estuvo a punto de ser demolido para construir allí un emprendimiento inmobiliario.

Pasó el tiempo y el momento elegido para la reapertura del Instituto Elie Wiesel fue el vigésimo aniversario de la voladura de AMIA.

La primera actividad  pública del Instituto radicado en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer será el VIII Congreso Latinoamericano de Ciencias y Religión, que tendrá lugar el 21 , 22 y 23 de Octubre de 2014, en homenaje a las 85 víctimas del atentado contra la AMIA.

Por primera vez en 2014, el Congreso tradicionalmente organizado por la Fundación Diálogo entre Ciencia y Religión (DECYR) y la Universidad Popular Autónoma de Puebla

(UPAEP) suma al Instituto Elie Wiesel como parte organizadora del Congreso. El tema del VIII Congreso es La sacralidad de la vida en una tierra habitable para todos.

Una vez radicado en AMIA, la primera actividad del Instituto Elie Wiesel fue la creación de un Comité Internacional. Elie Wiesel fue nombrado Presidente Honorario ; Beatriz Gurevich fue nombrada presidente y los siguientes especialistas locales e internacionales se convirtieron en parte de la Comisión, el Dr. Lucas Di Marco , Director CIMEC ; Dr. Carlos Escudé , profesor de Relaciones Internacionales de la UTDT , FLACSO y CEMA , el Dr. Mario Goloboff , Profesor de Literatura Argentina en la Universidad de la Plata , el Dr. Bernardo Kliksberg , el BID , el Sr. John Loftus , ex director del Departamento de Justicia y el Departamento de Estado , EE.UU. , el Dr. Carlos Malamud , co – director del Departamento de Postgrado de la Fundación Ortega y Gasset y de la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid, España; el Dr. Raanan Rein, entonces director del Departamento de Historia y Cultura de América Latina en la Universidad de Tel Aviv , Israel y actual vive-presidente de la UTA, el Dr. David Sheinin , Profesor de la Universidad de Trent , Canadá , el Dr. Alberto Spectorovsky , profesor en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv , Israel , el Dr. Roger Sugden , profesor de Economía en la Universidad de Birmingham , Gran Bretaña , Ferrara , Italia y director de L’ Institute.

Elie Wiesel,  en  teleconferencia con  Carlos Escudé y Bernardo Kliksberg.

Coordinación y comentarios Beatriz Gurevich

El primer evento académico del Instituto fue una teleconferencia internacional sobre terrorismo y violencia transnacional en la que Elie Wiesel (Nueva York) fue el orador principal y dialogó con Carlos Escudé y Bernardo Kliksberg. En 2002, eran escasas las instancias de la Argentina que contaban con la tecnología requerida para una adecuada transmisión. Pudo realizarse gracias a ORT Argentina.

En 2001, el antiguo Call judío de Barcelona estaba en peligro de ser totalmente destruido  porque considerando el valor económico de ese predio las autoridades habían aprobado la construcción de nuevos edificios en esa parcela. En conocimiento de la situación el Dr. Carlos Malamud,  miembro del Comité Académico internacional, intervino y puso en contacto al  Rabino Edery de Barcelona con el Instituto Elie Wiesel.

Después de recibir la solicitud formal  del Rabino Edery de Barcelona, las autoridades de AMIA y del Instituto concertaron una entrevista con el entonces embajador  de España Dr. Manuel Alabart al que se visitó para ponerlo al tanto de la situación y entregarle una carta solicitando que se declare monumento histórico al antiguo “Call” judío de Barcelona para sí evitar su destrucción.

El doctor Alabart compartió el criterio de la solicitud y gracias a su eficaz gestión, por intermedio de la Cancillería española, se logró que el Alcalde del Ayuntamiento de Barcelona diera una respuesta satisfactoria y el “Call” fue declarado monumento histórico, lo cual garantiza su preservación.

En 2002 el Instituto Elie Wiesel dio por concluidas sus actividades. En esa ocasión, Wiesel le escribió una emotiva carta a Beatriz Gurevich y coincidieron en que el Instituto se reabriría en una ocasión que lo amerite.