Devarim 31:1-31:30

Sin duda, esta parte final que nos queda para finalizar la lectura de la Torá, está llena de situaciones límite. Situaciones que nos llevan de la desesperación a la calma de un momento a otro.

Hace apenas dos semanas, leíamos en perasha Ki tavó, las tojajot(palabras de reprimenda) aquellos terribles sucesos que recaerían sobre el pueblo de Israel, si este se separa de la senda que D´s les transmitió por medio de la Torá.

El solo hecho de pensar que tan solo una de estas palabras puede cumplirse, nos pone los pelos de punta. Incluso en el templo, acostumbramos a que el Bal Koré, lea esta parte muy rápido y en voz bajita, como aquél que busca que algo malo pase lo más pronto posible.

A continuación, leemos en el comienzo de Perashat Nitzvim: “Atem nitzavim a iom kuljem lifnei Ashem Elokeijem” Todos ustedes están erguidos hoy delante de el Señor vuestro D´s.

Al leer este versículo Rashi explica que este versículo fue pronuciado por Moshe al pueblo de Israel debido a que cuando estos escucharon las Tojajot, dijeron: ¡Hay de nosotros! ¿Cómo podremos sobrevivir con semejantes advertencias? A lo que Moshé respondió con este versículo de consuelo para expresarles: A pesar de que todo esto fue dicho por D´s y más aún, a pesar de todas las faltas que cometieron contra El, todos ustedes están de pié hoy aquí.

En Rosh hashaná, transitamos sentimientos encontrados, tal como lo vemos en estas Perashiot.

Por un lado, el hecho de pensar en el día del juicio, en el día en que los libros son abiertos y toda la creación es juzgada delante de D´s, tal como reza el Unetané tokef, una de las plegarias más conmovedoras de nuestra liturgia; sumado al penetrante sonido del Shofar, nos hace ver cuán frágiles y vulnerables somos en el momento del juicio.

Por el otro lado, sabemos que las puertas de la Teshuvá se abren para nosotros y allí entendemos que de aprovechar esta oportunidad, podemos salir airosos del juicio.

Habiendo ya terminado Rosh hashaná, nos encontramos en los 10 días de Teshuvá, en los que tenemos la oportunidad de incrementar nuestras buenas acciónes afirmando así nuestra voluntad de cambiar y ser mejores. Así lo indica el nombre de la Perashá que estudiamos esta semana: Vaielej, y avanzó.

La clave en estos días es seguir avanzando, no quedarnos solo con lo hecho, sino que debemos tener nuestra conciencia puesta en que siempre se puede hacer algo más. La Torá nos invita a no quedarnos estáticos y eso es lo que nos hace crecer.

Se cuenta que en una oportunidad, un rey decidió disfrazarse y paseó por su reino vestido como un ciudadano común para poder ver más de cerca lo que pasaba en su reino.

Fue así que conversó por un par de horas, con uno de los ciudadanos. Tiempo que le sirvió para escuchar y sacar muchas conclusiones.

Luego de pasado cierto tiempo, el ciudadano supo que aquél hombre con el que había estado conversando, no era otro que el rey.

El ciudadano se angustió mucho y dijo para sí: -He sido un tonto!!!! De haber sabido que el hombre con el que hablé era el mismísimo rey, hubiese tenido la oportunidad de plantarle algunas de mis necesidades y pedirle ayuda!!!!

Estos son días en los que el rey se acerca a nosotros y se dispone a escuchar nuestras plegarias.

Dice el profeta: Dirshú  Hashem veimtzaó Busquen a D´s mientras pueda ser hallado (Ishaiahu 55,6)

Quiera D¨s inspirarnos a encontrar una Teshuvá sincera y seamos inscriptos y rubricados en el libro de la vida.

Sem Gustavo Katzuni