Parashat VaiejiEs cuestión de vivir y trascender

La sección de la Torá que corresponde a esta semana se llama Veieji -y vivió-. Concluye el libro Génesis y el relato de la Torá de la muerte del tercero de los patriarcas, Iaacov.

La Torá describe los últimos diecisiete años de la vida del patriarca en Egipto.

El número 17 equivale a la palabra hebrea ‘Tov’ – bueno. Los maestros nos enseñan que estos, fueron los mejores años de su vida. Tuvo la alegría de ver a su familia unida, luego de 22 años de distanciamiento, enemistad y rencor. Nuevamente juntos, con amor, fraternidad.

La felicidad era completa, sobre todo, por la satisfacción de ver a sus nietos, hijos de Iosef, Menashé y Efraim, a quiénes les regala la brajá con la que hasta el día de hoy bendecimos a nuestros hijos.

El tema principal de esta Parashá es la brajá con la que bendice Iaacov a cada uno de sus hijos antes de morir.

El párrafo de las bendiciones comienza con el relato de Abraham al ser bendecido cuando reconoció a Dios.

Cierra el capítulo de las brajot con la siguiente frase: “Y esto es lo que le ha hablado su padre y los bendijo a ellos (Gen. 49:28).

Con este mismo estilo cierra toda la Tora: “Y esta es la brajá que bendijo Moshé, hombre de Dios, a los hijos de Israel, antes de morir (Deut. 33:1).

Es difícil ver esto como casualidad, sino más bien como una cadena de bendiciones desde Abraham, pasando por Itzjak, Iaacov, los hijos de Israel antes de su entrada a la tierra y hoy nosotros cada vez que bendecimos a nuestros hijos, a nuestros nietos, con la bendición de Efraim y de Menashe y de las matriarcas, activamos la potencia de la cadena de bendición.

A través de nuestras manos todos los padres y madres de Israel bendicen a nuestros retoños.

La bendición es también un recordatorio, para quien la pronuncia y para quien la recibe, que son parte de algo que los trasciende y los vuelve eternos. Los nombres se enlazan en la cadena de bendiciones por las eternidades.

La semilla del pueblo de Israel es la familia, es la reunión de padres hijos, abuelos, tíos, primos, amigos, alrededor de una mesa para celebrar la identidad, compartir el pan y elevar una copa al cielo agradeciendo a la vida, regalarse bendiciones que los transforme a todos en presentes, los que están y los que no.

La semilla del pueblo de Israel, es la reunión de estudiantes alrededor de textos comprendiéndolos, interpretándolos, actualizándolos, transformándose en comunidad de vida, familia ampliada, bendiciendo, antes de comenzar, la posibilidad de ocuparse del estudio de la Tora, de manera de enlazarse a todos los lectores, intérpretes, traductores, comentaristas de todas las épocas.

Esta semana, Vaieji -y vivirá- nos enseña que hay una forma de ganarle a la finitud, de trascender a la propia vida y es a través de las palabras de nuestras bocas, y las acciones de nuestras manos.

Qué podamos inspirarnos e inspirar a otros en este mensaje.

¡Shabat Shalom Umeboraj!

Rabina Karina Finkielsztein
Profesora en Instituto de Formación Docente “Abarbanel”
Seminario Rabínico Latinoamericano.


LA PARASHÁ EN VIDEO:
Un proyecto conjunto entre el Seminario, Masorti Olami y la Asamblea Rabínica.
Los invitamos a compartir la parashá de la semana:
Parashat Vaieji por el rabino Uriel Romano de Judaica Norte, Buenos Aires, Argentina.