PARASHÁT SHEMINÍ – LIBRO DE VAIKRÁ
Experimentar lo nuevo
(כִּי אֲנִי ה’ אֱלֹהֵיכֶם וְהִתְקַדִּשְׁתֶּם וִהְיִיתֶם קְדֹשִׁים כִּי קָדוֹשׁ אני: …כִּי אֲנִי ה’ הַמַּעֲלֶה אֶתְכֶם מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם לִהְיֹת לָכֶם לֵאלֹהִים וִהְיִיתֶם קְדֹשִׁים כִּי קָדוֹשׁ אָנִי: (ויקרא יא:מד-מה
Porque Yo soy Ad-nai su Dios; por ello, ustedes se consagrarán y serán consagrados, porque Yo soy consagrado…
Porque yo soy Ad-nai, quien los hace ascender de la tierra de Egipto para ser su Dios: serán, pues, consagrados porque Yo soy consagrado… (Vaikrá 11:44-45:)
Las preparaciones para Pésaj inician tiempo antes del advenimiento de la festividad, tanto en los hogares como también en las lecturas de la Torá estipuladas para los Shabatot previos. Nuestra tradición nos invita a comenzar a repasar las leyes y costumbres de cada festividad treinta días antes de la misma. Limpiamos las casas, buscamos el jametz en los rincones, también en los de nuestros corazones, recordamos sonidos y sabores.
En el inicio del mes de nisán celebramos Shabat Hajodesh, en el cual percibimos y bendecimos la renovación del tiempo. Luego, experimentamos el Shabat previo a Pésaj, que denominamos Shabat Hagadol, en el que el Profeta Malají nos anuncia la llegada del “Iom Ad-nai Hagadol”, el “Gran Día de Di-s”. La sucesión de ambos Shabatot nos adentra en una perspectiva profunda acerca de la renovación.
(הָבִיאוּ אֶת כָּל הַמַּעֲשֵׂר אֶל בֵּית הָאוֹצָר וִיהִי טֶרֶף בְּבֵיתִי וּבְחָנוּנִי נָא בָּזֹאת אָמַר יְהוָה צְבָאוֹת אִם לֹא אֶפְתַּח לָכֶם אֵת אֲרֻבּוֹת הַשָּׁמַיִם וַהֲרִיקֹתִי לָכֶם בְּרָכָה עַד בְּלִי דָי.» (מלאכי ג:י
“Traigan todos los diezmos a la casa del tesoro y haya alimento en mi casa; y pruébenme ahora en esto, dice Ad-nai, Di-s de los Ejércitos, si no llegare a abrirles las ventanas de los cielos y a derramar sobre ustedes bendición sin fin.” (Malají 3:10)
El Profeta describe el proceso de biur ma’asrot: dos veces cada siete años, en Pésaj, limpiaban las casas. Sacaban afuera todo lo que podría haberse dado y aún no había sido otorgado. Cosas que se estaban fermentando en las casas y de las que otros podrían sacar provecho. En aquel momento se trataba de semillas. Hoy, sin embargo, podríamos decir, en cuanto a todo aquello que no usamos en los últimos dos años y que aún tiene valor de uso, debiéramos de abrir nuestras puertas y nuestros corazones, sacarlo de nuestra casa para que no se siga fermentando y sea utilizado, consumido, aprovechado por quienes los necesitan.
El Profeta Malají nos abre una nueva perspectiva con respecto a la renovación: no estrenado algo, ni bendiciendo el tiempo natural, sino además, repartiendo y compartiendo lo propio. Al liberar el lugar de lo no usado, lo desaprovechado, lo duplicado, lo que está demás, abre espacio a lo nuevo. Entonces cuando veas a alguien que entra en una institución, con bolsas cargadas con una sonrisa, podrás desearle que en ese acto de liberación de espacio pueda renovarse.
Quizás en estas semanas previas a Pésaj, puedas pensar qué espacios hay que liberar, airear, por cuáles pasar el plumero y desde allí llenarte de energía para renovarte y liberarte durante los días de Pésaj. Estos días siembran en nosotros las semillas de la renovación personal, familiar y comunitaria.
No debemos ser indiferentes a esto. Que sea esta una ocasión para abrir, observar, hacer espacio, limpiar, liberar, compartir y celebrar la oportunidad de disfrutar de lo nuevo, que quizás sea tan sólo el espacio para gestar.
¡Shabat Shalom!
Rabina Karina Finkielsztein
Profesora en Instituto de Formación Docente “Abarbanel”
Seminario Rabínico Latinoamericano
LA PARASHÁ EN VIDEO:
Un proyecto conjunto entre el Seminario, Masorti Olami y la Asamblea Rabínica.
Los invitamos a compartir la parashá de la semana:
Parashat Shemini por Rabino Ari Oliszewski, Uniao Israelita Porto Alegrense, Brasil.