Parashat Pinjas

Si tuviésemos que elegir un versículo representativo de toda la Torá, algunos de nosotros nos inclinaríamos por ¨Y creo D´s al hombre, a su imagen, a imagen de D´s lo creo…¨ (Génesis 1:27), o por “…Amarás a tu prójimo como a ti mismo…” (Levítico 19:18), como lo hizo Rabí Akiva, o por su versión más universalista según el sabio Ben Azai: “Este el  libro de la historia del hombre, el hombre a semejanza de D’s  fue creado” (Génesis  5:1).

Una vez escuché del rabino Beny Lau una explicación donde se citaba una fuente con un inesperado versículo como competidor de todos los anteriores. Rabí Yaacov Ben Habib  (1460-1516) uno de los judíos expulsados de España, escribe en su libro de explicaciones sobre las leyendas talmúdicas  Ein Yaakov, que según el Rabí Shimon Ben Pazi, el pilar de la Torá se encuentra en la parashá que leemos esta semana: “Harás un cordero en la mañana, y el segundo cordero lo harás a la tarde¨ (Bemidbar 28:4).  Sorprendente por donde se lo vea.

El versículo elegido por Rabí Shimon Ben Pazi nos habla acerca del ‘korban tamid’, el sacrificio diario que se ofrecía por la mañana y por la tarde. Lo más rutinario posible. Pero este sacrificio tenía una característica especial. Según las fuentes rabínicas, el ritual del Templo representaba un enorme costo económico. Este costo era sostenido, principalmente, por las donaciones de los ricos, que estaban siempre más que dispuestos a contribuir con el objetivo de acrecentar influencia y poder, en los atrios del Templo. No así sucedía con el ‘korban tamid’. Este podía ser financiado sólo con dinero de la caja central en donde se depositaban las contribuciones de todos los ciudadanos de manera igualitaria. Parecería ser que los sabios talmúdicos se oponían a privatizar las bases de la solidaridad y responsabilidad compartidas, las que sostenían la rutina diaria del Templo. Según la visión de Rabí Shimon Ben Pazi, que eligió este sorprendente versículo, hay cuestiones básicas que deben ser fruto del esfuerzo mancomunado con el objetivo de posibilitar la construcción de una sociedad en la cual todos poseemos los mismos derechos y obligaciones referidos al bien común. El hecho de que el esfuerzo de todos se refleje en las tareas rutinarias, nos habla también acerca de que lo excepcional no puede construirse sino sobre el edificio de las bases firmes de lo cotidiano. Ahora entenderemos la razón por el cual la Tradición de Israel fijo el ayuno del 17 del mes de Tamuz, como el día en el cual se anuló el ‘korban tamid’. Los cimientos de la comunidad sin el korban tamid, comenzaron a tambalear.

 

Rabino Dr. Ari Bursztein
Decano de Asuntos Académicos
Seminario Rabínico Latinoamericano


LA PARASHÁ EN VIDEO:
Un proyecto conjunto entre el Seminario, Masorti Olami y la Asamblea Rabínica.
Los invitamos a compartir la parashá de la semana:
Parashat Pinjas por el Rabino Alejandro Avruj de la Comunidad Amijai, Buenos Aires, Argentina