PARASHAT BESHALAJ

Dios en busca del Hombre

«Y Dios iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos en el camino y por la noche en una columna de fuego para iluminar y que puedan viajar día y noche» (Éxodo 13:21)

La presencia divina aparece vivida y constante en toda la Tora, y en particular en las historias relatadas en los libros de Génesis y Éxodo.

La intervención del Todopoderoso es explicita. Instruye a Moshé, castiga al Faraón, protege al Pueblo de Israel, lo guía de la esclavitud a la libertad, física y espiritual. Luego en Sinaí se producirá un encuentro que transformara todo el devenir de la humanidad.

La relación de Moshé y de todo Israel con Dios es de cercanía y cotidianidad.

4000 años después, nuestra realidad transmoderna nos ha colocado en una situación diametralmente opuesta. Parecería que el dialogo entre lo humano y lo divino ha menguado. Que la humanidad se siente autosuficiente. Y que la presencia de Dios en nuestras vidas es innecesaria. Abraham Joshua Heschel diría que hemos tratado de crear un Jardín del Edén en este mundo, reemplazando al Jardín bíblico del cual fuimos expulsados, pero dejando a Dios fuera de el.

Es paradójico, ya que la angustia existencial por falta de sentido y propósito en la vida agobia a cada vez más personas. Nuestro ser, nuestra alma, clama por las respuestas a los dilemas esenciales. Bien y mal, vida y muerte, amor y odio, trascendencia.

Parafraseando los títulos de dos de las principales obras teológicas de Heschel, y aprendiendo de sus enseñanzas, sabemos que El Hombre no está sólo. En la época bíblica y hoy día, Dios es nuestra guía y sostén. Fuente de vida y propósito. Y nos busca, a la humanidad toda y a cada uno de nosotros. ¿Aieka? ¿Dónde estás? Y espera que respondamos con todo nuestros ser, ¡Hineni! ¡Heme aquí!

Shabat Shalom
Rabino Ariel Stofenmacher
Director General
Seminario Rabínico Latinoamericano

 


 

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Un proyecto conjunto entre el Seminario, Masorti Olami y la Asamblea Rabínica:
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