Nuestras fuentes abundan en alusiones a la relación del hombre con el mundo natural. Existen mitzvot que se relacionan de manera directa con la plantación de árboles y la tierra. De este modo, se percibe en las fuentes un vínculo muy estrecho entre el hombre y la naturaleza que busca que ambos interactúen.

Posteriormente al exilio del pueblo judío de su tierra y su dispersión por el mundo, Tu Bishvat se convirtió en una festividad que relaciona de manera muy estrecha al pueblo con la Tierra de Israel y su naturaleza. Hay una costumbre, que es la de celebrar un seder y comer frutos originarios de la tierra de Israel, este séder tiene como objetivo expresar el vínculo de cada judío con su tierra ancestral. 

Con el resurgimiento del sionismo, la festividad de Tu Bishvat fue retomada y resignificada en el marco de las necesidades de los que llegaban a la Tierra de Israel con el desafío de «conquistar la desolación«. Tu Bishvat se convirtió en la fiesta de las plantaciones. De este modo, la celebración de la naturaleza retomaría los valores milenarios del pueblo judío para plasmarlos en la nueva hazaña: la creación del Estado de Israel.  

Por otra parte, en un mundo en el que el hombre usa y abusa de los recursos naturales, este Jag nos invita a reflexionar sobre que estamos haciendo con el mundo en el que vivimos. 

Estos último dos años que hemos vivido atravesados por la pandemia, son tal vez una señal de que es tiempo de poner límites a lo que hacemos con el planeta.

Tu Bishvat, nos invita a relacionarnos con lo natural, con aquello que Dios nos dio al crear el mundo, como está escrito en la Torá: “Dios puso a Adam en el Jardín del Eden para trabajarlo y cuidarlo” (Génesis 2:15)

Que encontremos en este Tu Bishvat la inspiración para realmente cuidar al mundo y todo lo que hay en él.

Rab. Diego Vovchuk
Director de Relaciones Institucionales