Reflexiones sobre Iom Haatzmaut y Iom Hazikaron
Reflexiones sobre Iom Haatzmaut y Iom Hazikaron
El mes de Iyar, hasta mediados del siglo XX, era un mes sin ninguna celebración en particular. Solo era el pasillo para llegar a Sivan y recibir la Torá en el Sinaí.
El 5 de Iyar de 1948 cambió por completo esa realidad. Ese día David Ben Gurion y el liderazgo del Ishuv, como se lo conocía, declararon la independencia de Israel.
Cuando se visita Heijal Hamediná, la residencia donde se hizo la declaración de la independencia, se pueden apreciar los borradores del texto leído ese día, con las correcciones y tachones, como se hacía en la época pre computador personal.
Una de las curiosidades es que días antes del acto solemne había diferentes opiniones sobre el nombre del nuevo estado a ser proclamado. Sabemos también que horas antes hubo presiones internacionales de no seguir adelante.
El 5 de Iyar de 1948 inaugura una nueva era en la historia del pueblo judío, de su reconocimiento del derecho, como de todo pueblo a tener soberanía en su propia tierra.
El mes de Iyar, carente de celebraciones se transformó en un mes con el momento de mayor exaltación y alegría, e inmediatamente precedido por un momento de recogimiento y pesar.
El día anterior a Iom Haatzmaut, día de la independencia del Estado de Israel, se conmemora Iom Hazikarón, el día de los caídos por la defensa de la Patria: a lo que se sumó ya hace años, el recuerdo de todos los que fueron asesinados en actos de terrorismos fuera y dentro de Israel.
El contraste entre un día y otro no puede ser más grande, la relación de un día con el otro no puede ser más estrecha.
El mensaje es claro, no se puede celebrar sin recordar; no se puede agradecer la realidad de un estado pujante de 74 años de vida, sin reconocer el costo que ha tenido y que tiene.
Somos testigos de un milagro contemporáneo, el retorno del pueblo de Israel a su tierra después de 2000 años de exilio.
Somos testigos de cómo enemigos del pasado se han transformado en socios para la paz.
Como Israel se ha transformado en líder en decenas de campos que contribuyen a hacer un mundo mejor.
Que podamos en nuestros días ser testigos de Medinat en paz con todos sus vecinos y que esa paz se irradie a los cuatro puntos del planeta.
Rab Alejandro S. Bloch
Vicerrector
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