De haber 25 alumnos es suficiente un maestro para todos ellos. Si hay más de 25, hasta 40 inclusive, se le asigna un ayudante para que lo ayude durante sus clases. Si hay más de 40 estudiantes se asignan dos profesores [ para dividir la clase en dos cursos ]. (Shuljan Aruj, Iore Dea, 245:15)
Algunas veces, al leer ciertos fragmentos de la literatura judía antigua o medieval, uno pensaría que lo está escribiendo un autor en pleno siglo XXI. Este es el caso del Seif (inciso) del Shuljan Aruj que hoy compartimos. El mismo se extrae casi de manera literal del Talmud. Es decir: hace más de 1700 años nuestros maestros enseñaban algo que hoy muchos predican pero pocos cumplen. ¡Debe haber un maestro cada 25 estudiantes! Ese es el máximo. Todos los que nos dedicamos a la docencia sabemos que ese es un número ideal para dar clases. Seguramente quienes alguna vez asistimos a una clase en el “aula magna” de la universidad, o esas clases de cientos de estudiantes escuchando a un profesor que casi no se podía ver, sentimos que nada bueno podía salir de eso. El Talmud lo dijo hace más de 1700 años: no debe haber una clase de más de 25 alumnos. Un profesor no puede prestarle atención y cultivar una relación con más alumnos. Los alumnos no pueden sentirse parte de un encuentro educativo cuando solo son una cifra o uno más del montón. El Shuljan Aruj nos dice que cuando el ideal no puede alcanzarse se debe poner a un ayudante para que asista al profesor titular a la hora de impartir la clase y de repasar los contenidos con sus alumnos. Hasta cuarenta estudiantes; esa es la regla. De haber más de cuarenta estudiantes (en una ciudad pensaba el Talmud, pero nosotros entendemos que también se refieren a un mismo curso) la clase debe dividirse en dos y la institución debe contratar dos profesores, uno para cada curso. ¡Que de la boca del Shuljan Aruj, está recomendación, llegue a los oídos de todas las instituciones educativas!
https://he.wikisource.org/wiki/שולחן_ערוך_יורה_דעה_רמה