Si era la costumbre de la ciudad pagarle al maestro, es una obligación pagarle hasta que los alumnos aprendan a leer toda la Torá escrita. Sin embargo uno no está obligado a pagarle para que les enseñe Mishná o Guemará. Sin embargo estás palabras son solamente en el caso de que uno no pueda pagarlo pero si uno tiene la posibilidad debe pagarle hasta que le haya enseñado Mishná, Guemará, Halajot y Hagadot. (Shuljan Aruj, Iore Dea, 245:6)

¿Quién debe financiar la educación? Recordemos que el Shuljan Aruj fue escrito en un tiempo donde los judíos acostumbraban a vivir en pequeñas ciudades y aldeas en donde todo su aparato educativo era auto gestionado y no dependía del reino o imperio de turno. En este contexto Iosef Caro nos dice que es la obligación de la ciudad, es decir, de cada uno de los contribuidores y habitantes de la ciudad, aportar para asegurarse la educación de los más jóvenes. La ciudad está obligada a contar con escuelas y el aporte no debe correr únicamente por los padres de los estudiantes sino por toda la comunidad. Ahora bien, según los sabios es obligatorio sostener a los docentes hasta que los niños hayan aprendido a leer la Torá escrita (los cinco libros de Moshé). Este es el estándar mínimo para considerar “educado” a los jóvenes judíos. Si una comunidad tiene una situación económica apremiante no está obligada a seguir gastando recursos en educación más allá de este punto, sin embargo si tiene la posibilidad económica debe seguir contratando docentes que enseñen todas las otras áreas del pensamiento judío desde Halajá hasta Midrash.

Fuente: https://he.wikisource.org/wiki/שולחן_ערוך_יורה_דעה_רמה

(Shuljan Aruj, Iore Dea, 245)